aún aquí: por un lado, la seriedad y profundidad de las operaciones que él quiere realizar en nosotros; y, por otro, la fuerte oposición que nuestro testimonio fiel suscita en el maligno. ¿No había sido así en la experiencia pasada de los primeros lectores? Tuvieron que pasar por grandes aflicciones a causa de su fidelidad al evangelio. Y, conforme a las Escrituras, ésta es la experiencia normal del creyente. Por tanto, Pablo y Bernabé enseñaron a los recién convertidos de Asia que es necesario que
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