Capítulo 10:38–40 “Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: –Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Díle que me ayude! –Marta, Marta –le contó Jesús–, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,
Luke 10:38–40