desde el tiempo de Ireneo en adelante, la iglesia en general tenía todo el canon tal como lo poseemos ahora. Y aunque puede que algún sector de la iglesia no estuviera todavía satisfecho sobre la apostolicidad de algún libro o libros, o que más adelante albergara dudas sobre esta cuestión —como sucedió por ejemplo con Apocalipsis—, en ningún caso las iglesias que se demoraron en recibir las credenciales de alguno de los libros del canon del Nuevo Testamento, aceptado por la iglesia en general, o