5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos. Tras establecer el principio fundamental de la sumisión (v. 21), Pablo lo aplicó primero a la esposa. El mandato no tiene excepciones y se aplica a toda esposa cristiana sin consideración a sus propias capacidades, educación, conocimiento de las Escrituras, madurez espiritual o cualquier otra cualidad que pueda compararse a las de su esposo. La sumisión no es para que el esposo la demande, sino que la esposa debe ofrecerla de forma voluntaria
Ephesians 5:22