El evangelio, en resumen, es esto: Cristo murió por pecadores, tú eres un pecador, cree en Cristo y serás salvo. En el evangelio, Dios simplemente anunció los términos mediante los cuales los hombres pueden ser salvos (a saber, arrepentimiento y fe) y, de un modo indiscriminado, a todos se les ordena cumplirlos. En segundo lugar, el arrepentimiento y la remisión de pecados deben ser predicados en el nombre del Señor Jesús «a todas las naciones» (Lc 24:47), porque los elegidos de Dios están ‘dispersos’ (Jn