En primer lugar hay que decir que gran parte de la enseñanza que se ha dado sobre este tema no es, sin duda, bíblica. Por ejemplo, la mayoría de los que enfatizan la ‘sanidad divina’ insisten en que se llevó a cabo ‘en la expiación’, que en la cruz Cristo no solo fue quien llevó nuestro pecado, sino también quien llevó nuestras enfermedades, que así como compró la salvación del alma, también compró la sanidad del cuerpo, y que por tanto, todos los cristianos tienen el mismo derecho a apropiarse por