Dios envía juicios físicos sobre su pueblo como resultado de sus transgresiones. En segundo lugar, da a conocer lo que deben hacer cuando la vara divina cae sobre ellos. En tercer lugar, contiene una promesa pertinente y preciosa para que echemos mano de ella por fe. Contra esto se puede objetar que ese pasaje no se aplica a nosotros; que los tratos de Dios con su pueblo en esta era cristiana son sobre principios muy diferentes a los que lo impulsaban bajo la economía mosaica; que trataba con ellos