La exhortación fundamental no es, por tanto, «¡id con los pocos!» sino, «¡entrad por la puerta estrecha!».23 En el cuadro que se nos ofrece, el camino amplio y espacioso se representa abarrotado de gente, y el estrecho solo transitado por unos pocos. Se establece así un contraste entre aquellos que entran al camino amplio y espacioso, que son muchos, y quienes encuentran la puerta estrecha y el camino angosto, que son pocos. No es poco natural leer estas palabras con el sentido de que el número de