el Señor pretende estimular a sus oyentes a un enérgico esfuerzo para asegurar su llamamiento y elección, más que para revelarles las últimas consecuencias de su obra salvífica en el mundo. Cuando leemos sus palabras con este último sentido, les hacemos, por tanto, una cierta violencia; al desviarlas de su propósito distorsionamos también su significado y confundimos sus implicaciones. De estos pasajes siempre podemos aprender que la salvación es difícil y que es nuestro deber exhortarnos a nosotros