El salmo veintitrés es el ruiseñor de los salmos; pequeño en su tamaño, modesto en su plumaje; tímido y retraído en su comportamiento, canta en la oscuridad; pero ¡oh! cuando canta llena todo el espacio a su alrededor con su alegre y gozosa melodía, más allá de lo que el corazón humano puede concebir. ¡Bendito sea el día en que este salmo fue escrito! ¿Qué diríais de un mensajero divino que viajara constantemente alrededor de la tierra, cantando una extraña melodía que al ser escuchada por alguien,