Oh Dios, nuestros oídos han oído
y nuestros padres nos han contado
las proezas que realizaste en sus días,
en aquellos tiempos pasados:
Con tu mano echaste fuera a las naciones
y en su lugar estableciste a nuestros padres;
aplastaste a aquellos pueblos,
y a nuestros padres los hiciste prosperar.
Porque no fue su espada la que conquistó la tierra,
ni fue su brazo el que les dio la victoria:
fue tu brazo, tu mano...
Psalm 44:1–26