En las manos del SEÑOR el corazón del rey es como un río:
sigue el curso que el SEÑOR le ha trazado.
A cada uno le parece correcto su proceder,
pero el SEÑOR juzga los corazones.
Practicar la justicia y el derecho
lo prefiere el SEÑOR a los sacrificios.
Los ojos altivos, el corazón orgulloso
y la lámpara de los malvados son pecado.
Los planes bien pensados: ¡pura ganancia!
Los planes apresurados: ¡puro...
Proverbs 21:1–31