Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo.
—¡Señor—gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!
—Hombres de poca fe—les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo?
Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.
Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de...
Matthew 8:23–27