Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo:
—Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está:
“Ordenará que sus ángeles
te sostengan en sus manos,
para que no tropieces con piedra alguna.”
—También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”—le contestó Jesús.
Matthew 4:5–7