Cuando llegaron a la multitud, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él.
—Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua. Se lo traje a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo.
—¡Ah, generación incrédula y perversa!—respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.
Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y éste...
Matthew 17:14–18