Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo:
—Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
—Nosotros somos descendientes de Abraham—le contestaron—, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?
—Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado—respondió Jesús—. Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia;...
John 8:31–36