Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, hubo silencio en el cielo como por media hora.
Y vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, a los cuales se les dieron siete trompetas.
Se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar. Tenía un incensario de oro, y se le entregó mucho incienso para ofrecerlo, junto con las oraciones de todo el pueblo de Dios, sobre el altar de oro que está delante del trono. Y junto con esas oraciones, subió el humo del incienso desde la mano...
Revelation 8:1–5