Aroma de mirra, áloe y canela
exhalan todas tus vestiduras;
desde los palacios adornados con marfil
te alegra la música de cuerdas.
Entre tus damas de honor se cuentan princesas;
a tu derecha se halla la novia real
luciendo el oro más refinado.
Escucha, hija, fíjate bien y presta atención:
Olvídate de tu pueblo y de tu familia.
El rey está cautivado por tu hermosura;
él es tu señor: inclínate ante él.
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Psalm 45:8–15