Atiéndeme, SEÑOR; respóndeme,
pues pobre soy y estoy necesitado.
Presérvame la vida, pues te soy fiel.
Tú eres mi Dios, y en ti confío;
¡salva a tu siervo!
Compadécete, Señor, de mí,
porque a ti clamo todo el día.
Reconforta el espíritu de tu siervo,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.
Tú, Señor, eres bueno y perdonador;
grande es tu amor por todos los que te invocan.
Presta oído, SEÑOR, a mi oración; ...
Psalm 86:1–17