Sálvame, oh Dios, por tu nombre;
defiéndeme con tu poder.
Escucha, oh Dios, mi oración;
presta oído a las palabras de mi boca.
Pues gente extraña me ataca;
tratan de matarme los violentos,
gente que no toma en cuenta a Dios. Selah
Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene,
y hará recaer el mal sobre mis adversarios.
Por tu fidelidad, SEÑOR, ¡destrúyelos!
Te presentaré una ofrenda...
Psalm 54:1–7