¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!
¡Cuán bueno es cantar salmos a nuestro Dios,
cuán agradable y justo es alabarlo!
El SEÑOR reconstruye a Jerusalén
y reúne a los exiliados de Israel;
restaura a los de corazón quebrantado
y cubre con vendas sus heridas.
Él determina el número de las estrellas
y a todas ellas les pone nombre.
Excelso es nuestro Señor, y grande su poder;
su entendimiento es infinito;
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Psalm 147:1–20