A voz en cuello, al SEÑOR le pido ayuda;
a voz en cuello, al SEÑOR le pido compasión.
Ante él expongo mis quejas;
ante él expreso mis angustias.
Cuando ya no me queda aliento,
tú me muestras el camino.
Por la senda que transito
algunos me han tendido una trampa.
Mira a mi derecha, y ve:
nadie me tiende la mano.
No tengo dónde refugiarme;
por mí nadie se preocupa.
A ti, SEÑOR, te pido...
Psalm 142:1–7