Hijo mío, pon en práctica mis palabras
y atesora mis mandamientos.
Cumple con mis mandatos, y vivirás;
cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos.
Llévalos atados en los dedos;
anótalos en la tablilla de tu corazón.
Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana»,
y a la inteligencia: «Eres de mi sangre.»
Ellas te librarán de la mujer ajena,
de la adúltera y de sus palabras seductoras.
Desde la ventana de mi...
Proverbs 7:1–27