Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
—Si eres el Hijo de Dios—le propuso el diablo—, dile a esta piedra que se convierta en pan.
Luke 4:1–3