Dicho esto, añadió:
—Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo.
—Señor—respondieron sus discípulos—, si duerme, es que va a recuperarse.
Jesús les hablaba de la muerte de Lázaro, pero sus discípulos pensaron que se refería al sueño natural. Por eso les dijo claramente:
—Lázaro ha muerto,
John 11:11–14