En aquel tiempo Josué destruyó a los anaquitas del monte Hebrón, de Debir, de Anab y de la región montañosa de Judá e Israel. Habitantes y ciudades fueron arrasados por Josué. Ningún anaquita quedó con vida en la tierra que ocupó el pueblo de Israel. Su presencia se redujo sólo a Gaza, Gat y Asdod.
Joshua 11:21–22