Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo:
«Sol, deténte en Gabaón,
luna, párate sobre Ayalón.»
El sol se detuvo
y la luna se paró,
hasta que Israel
se vengó de sus adversarios.
Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero.
Joshua 10:12–13