«Ahora bien—afirma el SEÑOR—,
vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayuno, llantos y lamentos.»
Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al SEÑOR su Dios,
porque él es bondadoso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga.
Joel 2:12–13