Vivía en Cesarea un centurión llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano. Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente. Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía:
—¡Cornelio!
—¿Qué quieres, Señor?—le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo.
—Dios ha recibido tus oraciones y...
Acts 10:1–6