Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció y le dijo:
—Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable. Así confirmaré mi pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera.
Al oír que Dios le hablaba, Abram cayó rostro en tierra, y Dios continuó:
—Éste es el pacto que establezco contigo: Tú serás el padre de una multitud de naciones. Ya no te llamarás Abram, sino que de ahora en adelante tu nombre será Abraham, porque te he confirmado...
Genesis 17:1–27