»Si ves que un buey o una oveja de tu hermano se ha extraviado, no te hagas el desentendido sino llévalo en seguida a su dueño. Si el dueño no es tu vecino, o no lo conoces, lleva el animal a tu casa y cuídalo hasta que el dueño te lo reclame; entonces se lo devolverás. Lo mismo harás si encuentras un burro, un manto, o cualquier otra cosa que se le haya perdido a tu hermano. No te portes con indiferencia.
»Si en el camino encuentras caído un burro o un buey que pertenezca a tu hermano, no...
Deuteronomy 22:1–30