»Yo seguí hablando y orando al SEÑOR mi Dios. Le confesé mi pecado y el de mi pueblo Israel, y le supliqué en favor de su santo monte. Se acercaba la hora del sacrificio vespertino. Y mientras yo seguía orando, el ángel Gabriel, a quien había visto en mi visión anterior, vino en raudo vuelo a verme y me hizo la siguiente aclaración:
»“Daniel, he venido en este momento para que entiendas todo con claridad. Tan pronto como empezaste a orar, Dios contestó tu oración. He venido a...
Daniel 9:20–27