El rey Nabucodonosor,
a todos los pueblos y naciones que habitan en este mundo, y a toda lengua:
¡Paz y prosperidad para todos!
Me es grato darles a conocer las señales y maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor. ¡Cuán grandes son sus señales! ¡Cuán portentosas son sus maravillas! ¡Su reino es un reino eterno! ¡Su soberanía permanece de generación en generación!
Yo, Nabucodonosor, estaba en mi palacio, feliz y lleno de prosperidad, cuando tuve...
Daniel 4:1–37