Después de la muerte de Saúl, David se detuvo dos días en Siclag, luego de haber derrotado a los amalecitas. Al tercer día, llegó a Siclag un hombre que venía del campamento de Saúl. En señal de duelo se presentó ante David con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza, y se postró rostro en tierra.
—¿De dónde vienes?—le preguntó David.
—Vengo huyendo del campamento israelita—respondió.
—Pero, ¿qué ha pasado?—exclamó David—. ¡Cuéntamelo todo!
—Pues resulta que nuestro ejército...
2 Samuel 1:1–27