Tomó, pues, Adonai Elohim Alef-Tav al hombre y lo puso en el paraíso para que lo cultivara y lo guardara.
Y Adonai Elohim impuso sobre el hombre un mandamiento, diciendo: De todo árbol del paraíso come libremente, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que comas de él, ciertamente morirás.
Genesis 2:15–17