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Mateo 18:1–14

¿Quién es el mayor?

(Mr. 9.33–37; Lc. 9.46–48)

18

1En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?a2Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, 3y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. b 4Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Ocasiones de caer

(Mr. 9.42–48; Lc. 17.1–2)

6Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.

7¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.c 9Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.d

Parábola de la oveja perdida

(Lc. 15.3–7)

10Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.e 12¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

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