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Lucas 22:47–71

Arresto de Jesús

(Mt. 26.47–56; Mr. 14.43–50; Jn. 18.2–11)

47Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. 48Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? 49Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? 50Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. 51Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le sanó. 52Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? 53Habiendo estado con vosotros cada día en el templo,l no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

Pedro niega a Jesús

(Mt. 26.57–58, 69–75; Mt. 26.57–58, 69–75, Mr. 14.53–54, 66–72; Mt. 26.57–58, 69–75, Mr. 14.53–54, 66–72, Jn. 18.12–18, 25–27)

54Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. 55Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. 56Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él. 57Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. 58Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. 59Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. 60Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. 61Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 62Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús escarnecido y azotado

(Mt. 26.67–68; Mr. 14.65)

63Y los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; 64y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza, ¿quién es el que te golpeó? 65Y decían otras muchas cosas injuriándole.

Jesús ante el concilio

(Mt. 26.59–66; Mr. 14.55–64; Jn. 18.19–24)

66Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: 67¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis; 68y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. 69Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. 70Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. 71Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.

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