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Lucas 20:9–19

Los labradores malvados

(Mt. 21.33–44; Mr. 12.1–11)

9Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña,a la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. 10Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 11Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. 12Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido. 13Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. 14Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. 15Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? 16Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! 17Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito:

La piedra que desecharon los edificadores

Ha venido a ser cabeza del ángulo?b

18Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

La cuestión del tributo

(Mt. 21.45–46; 22.15–22; Mr. 12.12–17)

19Procuraban los principales sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo.

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