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Lucas 20:27–47

La pregunta sobre la resurrección

(Mt. 22.23–33; Mr. 12.18–27)

27Llegando entonces algunos de los saduceos, los cuales niegan haber resurrección,c le preguntaron, 28diciendo: Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de alguno muriere teniendo mujer, y no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.d 29Hubo, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin hijos. 30Y la tomó el segundo, el cual también murió sin hijos. 31La tomó el tercero, y así todos los siete, y murieron sin dejar descendencia. 32Finalmente murió también la mujer. 33En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?

34Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; 35mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. 36Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. 37Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.e 38Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. 39Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho. 40Y no osaron preguntarle nada más.

¿De quién es hijo el Cristo?

(Mt. 22.41–46; Mr. 12.35–37)

41Entonces él les dijo: ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David? 42Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.f

44David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?

Jesús acusa a los escribas

(Mt. 23.1–36; Mr. 12.38–40; Lc. 11.37–54)

45Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos: 46Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 47que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.

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