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Job 12:1–13:28

Job proclama el poder y la sabiduría de Dios

12

1Respondió entonces Job, diciendo:

2 Ciertamente vosotros sois el pueblo,

Y con vosotros morirá la sabiduría.

3 También tengo yo entendimiento como vosotros;

No soy yo menos que vosotros;

¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?

4 Yo soy uno de quien su amigo se mofa,

Que invoca a Dios, y él le responde;

Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.

5 Aquel cuyos pies van a resbalar

Es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.

6 Prosperan las tiendas de los ladrones,

Y los que provocan a Dios viven seguros,

En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen.

7 Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán;

A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán;

8 O habla a la tierra, y ella te enseñará;

Los peces del mar te lo declararán también.

9 ¿Qué cosa de todas estas no entiende

Que la mano de Jehová la hizo?

10 En su mano está el alma de todo viviente,

Y el hálito de todo el género humano.

11 Ciertamente el oído distingue las palabras,

Y el paladar gusta las viandas.

12 En los ancianos está la ciencia,

Y en la larga edad la inteligencia.

13 Con Dios está la sabiduría y el poder;

Suyo es el consejo y la inteligencia.

14 Si él derriba, no hay quien edifique;

Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.

15 Si él detiene las aguas, todo se seca;

Si las envía, destruyen la tierra.

16 Con él está el poder y la sabiduría;

Suyo es el que yerra, y el que hace errar.

17 El hace andar despojados de consejo a los consejeros,

Y entontece a los jueces.

18 El rompe las cadenas de los tiranos,

Y les ata una soga a sus lomos.

19 El lleva despojados a los príncipes,

Y trastorna a los poderosos.

20 Priva del habla a los que dicen verdad,

Y quita a los ancianos el consejo.

21 El derrama menosprecio sobre los príncipes,

Y desata el cinto de los fuertes.

22 El descubre las profundidades de las tinieblas,

Y saca a luz la sombra de muerte.

23 El multiplica las naciones, y él las destruye;

Esparce a las naciones, y las vuelve a reunir.

24 El quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra,

Y los hace vagar como por un yermo sin camino.

25 Van a tientas, como en tinieblas y sin luz,

Y los hace errar como borrachos.

Job defiende su integridad

13

1 He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos,

Y oído y entendido mis oídos.

2 Como vosotros lo sabéis, lo sé yo;

No soy menos que vosotros.

3 Mas yo hablaría con el Todopoderoso,

Y querría razonar con Dios.

4 Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira;

Sois todos vosotros médicos nulos.

5 Ojalá callarais por completo,

Porque esto os fuera sabiduría.

6 Oíd ahora mi razonamiento,

Y estad atentos a los argumentos de mis labios.

7 ¿Hablaréis iniquidad por Dios?

¿Hablaréis por él engaño?

8 ¿Haréis acepción de personas a su favor?

¿Contenderéis vosotros por Dios?

9 ¿Sería bueno que él os escudriñase?

¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?

10 El os reprochará de seguro,

Si solapadamente hacéis acepción de personas.

11 De cierto su alteza os habría de espantar,

Y su pavor habría de caer sobre vosotros.

12 Vuestras máximas son refranes de ceniza,

Y vuestros baluartes son baluartes de lodo.

13 Escuchadme, y hablaré yo,

Y que me venga después lo que viniere.

14 ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes,

Y tomaré mi vida en mi mano?

15 He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;

No obstante, defenderé delante de él mis caminos,

16 Y él mismo será mi salvación,

Porque no entrará en su presencia el impío.

17 Oíd con atención mi razonamiento,

Y mi declaración entre en vuestros oídos.

18 He aquí ahora, si yo expusiere mi causa,

Sé que seré justificado.

19 ¿Quién es el que contenderá conmigo?

Porque si ahora yo callara, moriría.

20 A lo menos dos cosas no hagas conmigo;

Entonces no me esconderé de tu rostro:

21 Aparta de mí tu mano,

Y no me asombre tu terror.

22 Llama luego, y yo responderé;

O yo hablaré, y respóndeme tú.

23 ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo?

Hazme entender mi transgresión y mi pecado.

24 ¿Por qué escondes tu rostro,

Y me cuentas por tu enemigo?

25 ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar,

Y a una paja seca has de perseguir?

26 ¿Por qué escribes contra mí amarguras,

Y me haces cargo de los pecados de mi juventud?

27 Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos,

Trazando un límite para las plantas de mis pies.

28 Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma,

Como vestido que roe la polilla.

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