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Hebreos 9:1–11

1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculoa estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro,b la mesa y los panes de la proposición.c3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,d 4el cual tenía un incensario de oroe y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes,f en la que estaba una urna de oro que contenía el maná,g la vara de Aarón que reverdeció,h y las tablas del pacto; i 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio;j de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.

6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;k 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;l 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

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