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Efesios 5:29–32

29Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.f 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

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