Salmo 10:2–11
2 Con arrogancia el impío acosa al afligidoa;
¡Que sea atrapado en las trampas que ha preparadob!
3 Porque del deseo de su corazóna se gloría el impíob,
Y el codicioso maldice y desprecia al Señorc.
4 El impío, en la arrogancia de su rostro, no busca a Diosa.
Todo su pensamiento es: «No hay Diosb».
5 Sus caminos prosperan en todo tiempoa;
Tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vistab;
A todos sus adversarios los desprecia.
6 Dice en su corazón: «No hay quien me muevaa;
Por todas las generaciones no sufriré adversidadb».
7 Llena está su boca de blasfemiaa, engaño y opresiónb;
Bajo su lengua hay malicia e iniquidadc.
8 Se sienta al acecho en las aldeasa,
En los escondrijos mata al inocenteb;
Sus ojos espían al desvalidoc.
9 Acecha en el escondrijo como león en su guaridaa;
Acechab para atrapar al afligidoc,
Y atrapa al afligido arrastrándolo a su redd.
Y los desdichados caen en sus garras.
11 El impío dice en su corazón: «Dios se ha olvidado;
Ha escondido Su rostro; nunca verá nadaa».