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Salmo 22–26

Salmo 22

Grito de angustia y canto de alabanza

Para el director del coro; sobre Ajelet Hasahardag. Salmo de David.

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonadoa?

¿Por qué estás tan lejos de mi salvaciónb y de las palabras de mi clamorc?

2 Dios mío, de día clamo y no respondesa;

Y de noche, pero no hay para mí reposo.

3 Sin embargo, Tú eres santoa,

Que habitas entre las alabanzas de Israelb.

4 En Ti confiaron nuestros padresa;

Confiaron, y Tú los librasteb.

5 A Ti clamaron, y fueron librados;

En Ti confiaron, y no fueron decepcionadosa.

6 Pero yo soy gusanoa, y no hombre;

Oprobio de los hombresb, y despreciado del puebloc.

7 Todos los que me ven, de mí se burlana;

Hacen muecas con los labios, menean la cabezab, diciendo:

8 Que se encomiende al Señor; que Él lo libre;

Que Él lo rescate, puesto que en Él se deleitaa.

9 Porque Tú me sacaste del seno materno;

Me hiciste confiar estando a los pechos de mi madrea.

10 A Ti fui entregado desde mi nacimiento;

Desde el vientre de mi madre Tú eres mi Diosa.

11 No estés lejos de mía, porque la angustia está cerca,

Pues no hay nadie que ayudeb.

12 Muchos toros me han rodeadoa;

Toros fuertes de Basánb me han cercado.

13 Ávidos abren su boca contra mía,

Como un león que despedaza y rugeb.

14 Soy derramado como aguaa,

Y todos mis huesos están descoyuntadosb;

Mi corazón es como cerac;

Se derrite en medio de mis entrañas.

15 Como un tiesto se ha secado mi vigora,

Y la lengua se me pega al paladarb;

Me has puesto en el polvo de la muertec.

16 Porque perros me han rodeadoa;

Me ha cercado cuadrilla de malhechores;

Me horadaron las manos y los piesb.

17 Puedo contar todos mis huesos;

Ellos me miran, me observana.

18 Se reparten entre sí mis vestidos,

Y sobre mi ropa echan suertesa.

19 Pero Tú, oh Señor, no estés lejosa;

Fuerza mía, apresúrate a socorrermeb.

20 Libra mi alma de la espadaa,

Mi única vida de las garras del perrob.

21 Sálvame de la boca del leóna

Y de los cuernos de los búfalosb; respóndemec.

22 Hablaré de Tu nombre a mis hermanos;

En medio de la congregación te alabaréa.

23 Los que temen al Señor, alábenloa;

Descendencia toda de Jacob, glorifíquenlob,

Témanloc, descendencia toda de Israel.

24 Porque Él no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiadoa,

Ni le ha escondido Su rostrob;

Sino que cuando clamó al Señor, lo escuchóc.

25 De Ti viene mi alabanza en la gran congregacióna;

Mis votos cumpliré delante de los que le temenb.

26 Los pobres comerán y se saciarána;

Los que buscan al Señor, lo alabaránb.

¡Viva para siempre el corazón de ustedesc!

27 Todos los términos de la tierraa se acordarán y se volverán al Señor,

Y todas las familias de las naciones adorarán delante de Tib.

28 Porque del Señor es el reinoa,

Y Él gobierna las nacionesb.

29 Todos los grandes de la tierra comerán y adorarána;

Se postrarán ante Él todos los que descienden al polvob,

Aun aquel que no puede conservar viva su almac.

30 La posteridad le serviráa;

Esto se dirá del Señor hasta la generaciónb venidera.

31 Vendrán y anunciarán Su justiciaa;

A un pueblo por nacerb, anunciarán que Él ha hecho esto.

Salmo 23

El Señor es mi pastor

Salmo de David.

1 El Señor es mi pastora,

Nada me faltaráb.

2 En lugares de verdes pastos me hace descansara;

Junto a aguas de reposo me conduceb.

3 Él restaura1 mi almaa;

Me guíab por senderos de justiciac

Por amor de Su nombre.

4 Aunque pase por el valle de sombra de muertea,

No temeré malb alguno, porque Tú estás conmigoc;

Tu vara y Tu cayadod me infunden aliento.

5 Tú preparas mesaa delante de mí en presencia de mis enemigos;

Has ungido mi cabeza con aceiteb;

Mi copa está rebosandoc.

6 Ciertamente el bien y la misericordiaa me seguirán todos los días de mi vida,

Y en la casa del Señor moraré por largos díasb.

Salmo 24

Entrada del rey de gloria

Salmo de David.

1 Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ellaa,

El mundob y los que en él habitan.

2 Porque Él la fundó sobre los mares,

Y la asentó sobre los ríosa.

3 ¿Quién subiráa al monte del Señorb?

¿Y quién podrá estar en Su lugar santoc?

4 El de manos limpiasa y corazón purob,

El que no ha alzado su alma a la falsedadc

Ni jurado con engañod.

5 Ese recibirá bendición del Señora,

Y justiciab del Dios de su salvación.

6 Tal es la generación de los que lo buscan,

De los que buscan Tu rostro, como Jacoba.

(Selah)

7 Álcen, oh puertasa, sus cabezas,

Álcense, puertas eternas,

Para que entre el Rey de la gloriab.

8 ¿Quién es este Rey de la gloria?

El Señor, fuerte y poderosoa;

El Señor, poderoso en batallab.

9 Alcen, oh puertas, sus cabezas,

álcenlas, puertas eternas,

Para que entre el Rey de la gloriaa.

10 ¿Quién es este Rey de la gloria?

El Señor de los ejércitosa,

Él es el Rey de la gloria.

(Selah)

Salmo 25

Oración pidiendo amparo, guía y perdón

Salmo de David.

1 A Ti, oh Señor, elevo mi almaa.

2 Dios mío, en Ti confíoa;

No sea yo avergonzadob,

Que no se regocijen sobre mí mis enemigosc.

3 Ciertamente ninguno de los que esperan en Ti será avergonzadoa;

Sean avergonzados los que sin causa se rebelanb.

4 Señor, muéstrame Tus caminos,

Enséñame Tus sendasa.

5 Guíame en Tu verdad y enséñamea,

Porque Tú eres el Dios de mi salvaciónb;

En Ti espero todo el díac.

6 Acuérdate, oh Señor, de Tu compasión y de Tus misericordiasa,

Que son eternasb.

7 No te acuerdes de los pecados de mi juventuda ni de mis transgresiones;

Acuérdate de mí conforme a Tu misericordiab,

Por Tu bondadc, oh Señor.

8 Buenoa y recto es el Señorb;

Por tanto, Él muestra a los pecadores el caminoc.

9 Dirige a los humildes en la justiciaa,

Y enseña a los humildes su caminob.

10 Todas las sendas del Señor son misericordia y verdada

Para aquellos que guardan Su pacto y Sus testimoniosb.

11 Oh Señor, por amor de Tu nombrea,

Perdona mi iniquidadb, porque es grande.

12 ¿Quién es el hombre que teme al Señora?

Él le instruirá en el camino que debe escogerb.

13 En prosperidad habitará su almaa,

Y su descendencia poseerá la tierrab.

14 Los secretos del Señor son para los que le temena,

Y Él les dará a conocer Su pactob.

15 De continuo están mis ojos hacia el Señora,

Porque Él sacará mis pies de la redb.

16 Vuélvete a mí y tenme piedada,

Porque estoy solitario y afligidob.

17 Las angustias de mi corazón han aumentadoa;

Sácame de mis congojasb.

18 Mira mi aflicción y mis trabajosa,

Y perdona todos mis pecadosb.

19 Mira mis enemigos, que son muchosa,

Y con odio violento me detestanb.

20 Guarda mi alma y líbramea;

No sea yo avergonzadob, porque en Ti me refugio.

21 La integridad y la rectitud me preservena,

Porque en Ti esperob.

22 Oh Dios, redime a Israel

De todas sus angustiasa.

Salmo 26

Oración del íntegro

Salmo de David.

1 Hazme justiciaa, oh Señor, porque yo en mi integridad he andadob,

Y en el Señor he confiadoc sin titubeard.

2 Examíname, oh Señor, y pruébamea;

Escudriña mi mente y mi corazónb.

3 Porque delante de mis ojos está Tu misericordiaa,

Y en Tu verdad1 he andadob.

4 Con los falsos no me he sentadoa,

Ni con los hipócritas iréb.

5 Aborrezco la reunión de los malhechoresa,

Y no me sentaré con los impíos.

6 Lavaré en inocencia mis manosa,

Y andaré alrededor de Tu altar, oh Señorb,

7 Proclamando con voz de acción de gracias

Y contando todas Tus maravillasa.

8 Oh Señor, yo amo la habitación de Tu casaa,

Y el lugar donde habita Tu gloriab.

9 No juntes mi alma con pecadoresa,

Ni mi vida con hombres sanguinariosb,

10 En cuyas manos hay intrigasa,

Y cuya diestra está llena de sobornosb.

11 Pero yo en mi integridad andaréa;

Redímeme, y ten piedad de míb.

12 Sobre tierra firme está mi piea;

En las congregaciones bendeciré al Señorb.

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