Romanos 8:1–4
8 Por tanto, ahora no hay condenacióna para los que están en Cristo Jesús1b, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.
2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesúsa te1 ha libertado2 de la ley del pecado y de la muerteb.
3 Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carnea, Dios lo hizob: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carnec,
4 para que el requisito de la leya se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritub.