Romanos 3:8–18
8 ¿Y por qué no decir, como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos: Hagamos el mal para que venga el biena? La condenación de los tales es justa.
9 ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores1 que ellosa? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecadob.
«aNo hay justo, ni aun uno;
No hay quien busque a Dios.
12 Todos se han desviado, A una se hicieron inutiles;
no hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta,
Engañan de continuo con su lenguaa.
Veneno de serpientes1 hay bajo sus labiosb;
14 llena está su boca de maldición y amarguraa.
15 »aSus pies son veloces para derramar sangre.
16 »Destrucción y miseria hay en sus caminos,
17 Y la senda de paz no han conocido.
18 »No hay temor de Dios delante de sus ojosa».