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7 Hijo mío, guarda mis palabras
Y atesora mis mandamientos contigoa.
2 Guarda mis mandamientos y vivirás,
Y mi enseñanza como la niña de tus ojosa.
Escríbelos en la tabla de tu corazóna.
4 Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana,”
Y llama a la inteligencia tu mejor amiga,
5 Para que te guarden de la mujer extraña,
De la desconocida que lisonjea con sus palabras.
6 Porque desde la ventana de mi casa
Miraba por la celosíaa,
7 Y vi entre los simplesa,
Distinguí entre los muchachos
A un joven falto de juiciob,
8 Pasando por la calle, cerca de su esquina;
Iba camino de su casaa,
9 Al atardecer, al anochecera,
En medio de la noche y la oscuridad.
10 Entonces una mujer le sale al encuentro,
Vestida como ramera y astuta de corazóna.
Sus pies no permanecen en casaa;
12 Está ya en las calles, ya en las plazas,
Y acechaa por todas las esquinas.
13 Así que ella lo agarra y lo besa,
Y descaradaa le dice:
14 “Tenía que ofrecer ofrendas de paza,
Y hoy he cumplido mis votosb;
15 Por eso he salido a encontrarte,
Buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.
16 He tendido mi lecho con colchas,
Con linos de Egipto en coloresa.
18 Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana,
Deleitémonos con caricias.
19 Porque mi marido no está en casa,
Se ha ido a un largo viaje;
20 Se ha llevado en la mano la bolsa del dineroa,
Volverá a casa para la luna llena.”
21 Con sus palabras persuasivas lo atrae,
Lo seduce con sus labios lisonjerosa.
Como va el buey al matadero,
O como uno en grillos al castigo de un necio,
23 Hasta que una flecha le traspasa el hígado;
Como el ave que se precipita en la trampaa,
Y no sabe que esto le costará la vida.
24 Ahora pues, hijos míos, escúchenme,
Y presten atención a las palabras de mi bocaa.
25 No se desvíe tu corazón hacia sus caminos,
No te extravíes en sus sendasa.
26 Porque muchas son las víctimas derribadas por ella,
Y numerosos los que ha matadoa.
27 Su casa es el camino al Seol,
Que desciende a las cámaras de la muertea.
8 a¿No clama la sabiduría,
Y levanta su voz la prudencia?
2 En la cima de las alturasa, junto al camino,
Donde cruzan las sendas, se coloca;
3 Junto a las puertasa, a la salida de la ciudad,
En el umbral de las puertas, da voces:
4 “Oh hombres, a ustedes clamo,
Para los hijos de los hombres es mi voz.
5 Oh simples, aprendan prudenciaa;
Y ustedes, neciosb, aprendan sabiduría.
6 Escuchen, porque hablaré cosas excelentesa,
Y con el abrir de mis labios rectitudb.
7 Porque mi boca proferirá la verdada,
Abominación a mis labios es la impiedad.
8 Conforme a la justicia son todas las palabras de mi boca,
No hay en ellas nada torcido ni perversoa.
9 Todas son sinceras para el que entiendea,
Y rectas para los que han hallado conocimientob.
10 Reciban mi instrucción y no la plata,
Y conocimiento antes que el oro escogidoa,
11 Porque mejor es la sabiduría que las joyasa,
Y todas las cosas deseables no pueden compararse con ella.
La Sabiduría se Elogia a sí Misma
12 Yo, la sabiduría, habito con la prudencia,
Y he hallado conocimiento y discrecióna.
13 El temor del Señor es aborrecer el mala.
El orgullo, la arrogancia, el mal camino
Y la boca perversa, yo aborrezco.
14 Mío es el consejoa y la prudenciab,
Yo soy la inteligencia, el poder es mío.
Y los gobernantes decretan justiciaa.
16 Por mí gobiernan los príncipes y los nobles,
Todos los que juzgan con justicia.
17 Amo a los que me amana,
Y los que me buscan con diligencia me hallaránb.
18 Conmigo están las riquezas y el honora,
La fortuna duradera y la justicia.
19 Mi fruto es mejor que el oro, que el oro puroa,
Y mi ganancia es mejor que la plata escogida.
20 Yo ando por el camino de la justicia,
Por en medio de las sendas del derecho,
21 Para otorgar heredad a los que me aman
Y así llenar sus tesorosa.
22 El Señor me poseyó al principio de Su camino,
Antes de Sus obras de tiempos pasadosa.
23 Desde la eternidad fui establecidaa,
Desde el principio, desde los orígenes de la tierrab.
24 Cuando no había abismos fui engendrada,
Cuando no había manantiales abundantes en aguasa.
25 Antes que los montes fueran asentados,
Antes que las colinas, fui engendradaa,
26 Cuando El no había hecho aún la tierra y los campos,
Ni el polvo primero del mundo.
27 Cuando estableció los cielosa, allí estaba yo;
Cuando trazó un círculo sobre la superficie del abismob,
28 Cuando arriba afirmó los cielos,
Cuando las fuentes del abismo se afianzaron,
29 Cuando al mar puso sus límites
Para que las aguas no transgredieran Su mandato,
Cuando señaló los cimientos de la tierraa,
30 Yo estaba entonces junto a Ela, como arquitecto;
Yo era Su delicia de día en día,
Regocijándome en todo tiempo en Su presencia,
31 Regocijándome en el mundo, en Su tierra,
Y teniendo mis delicias con los hijos de los hombresa.
32 Ahora pues, hijos, escúchenmea,
Porque bienaventurados son los que guardan mis caminos.
33 Escuchen la instrucción y sean sabiosa,
Y no la desprecien.
34 Bienaventurado el hombre que me escuchaa,
Velando a mis puertas día a día,
Aguardando en los postes de mi entrada.
35 Porque el que me halla, halla la vidaa
Y alcanza el favor del Señor.
36 Pero el que peca contra mí, a sí mismo se dañaa;
Todos los que me odian, aman la muerteb.”
9 La sabiduría ha edificado su casaa,
Ha labrado sus siete columnas;
2 Ha preparado su alimentoa, ha mezclado su vino,
Ha puesto también su mesa;
3 Ha enviado a sus doncellasa, y clama
Desde los lugares más altos de la ciudad:
4 “El que sea simplea que entre aquí.”
Al falto de entendimiento le diceb:
Y bebe del vino que he mezcladoa.
6 Abandona la necedad y vivirás;
Anda por el camino del entendimientoa.”
7 El que instruye al insolente, atrae sobre sí deshonra,
Y el que reprende al impío recibe insultosa.
8 No reprendas al insolente, para que no te aborrezca;
Reprende al sabio, y te amaráa.
9 Da instrucción al sabio, y será aún más sabio,
Enseña al justo, y aumentará su sabera.
10 El principio de la sabiduría es el temor del Señor,
Y el conocimiento del Santo es inteligenciaa.
11 Pues por mí se multiplicarán tus días,
Y años de vida te serán añadidosa.
12 Si eres sabio, eres sabio para provecho tuyoa,
Y si escarneces, tú sólo lo sufrirás.
13 La mujer insensata es alborotadoraa,
Es simple y no sabe nadab.
14 Se sienta a la puerta de su casa,
En un asiento, en los lugares altos de la ciudada,
A los que van derechos por sus sendas:
16 “El que sea simple, que entre aquí.”
Y al falto de entendimiento, le dicea:
17 “Dulces son las aguas hurtadas,
Y el pan comido en secreto es sabrosoa.”
18 Pero él no sabe que allí están los muertos,
Que sus invitados están en las profundidades del Seola.
10 Los proverbios de Salomón.
El hijo sabio alegra al padrea,
Pero el hijo necio es tristeza para su madreb.
2 Tesoros mal adquiridos no aprovechan,
Pero la justicia libra de la muertea.
3 El Señor no permitirá que el justo padezca hambrea,
Pero rechazará la avidez de los impíosb.
4 Pobre es el que trabaja con mano negligente,
Pero la mano de los diligentes enriquecea.
5 El que recoge en el verano es hijo sabio,
El que se duerme durante la siega es hijo que avergüenza.
6 Hay bendiciones sobre la cabeza del justo,
Pero la boca de los impíos oculta violenciaa.
7 La memoria del justo es benditaa,
Pero el nombre del impío se pudriráb.
8 El sabio de corazón aceptará mandatosa,
Pero el necio charlatán será derribado.
9 El que anda en integridad anda seguroa,
Pero el que pervierte sus caminos será descubiertob.
10 El que guiña el ojoa causa disgustos,
Y el necio charlatán será derribado.
11 Fuente de vida es la boca del justoa,
Pero la boca de los impíos encubre violencia.
Pero el amor cubre todas las transgresionesa.
13 En los labios del entendido se halla sabiduríaa,
Pero la vara es para las espaldas del falto de entendimientob.
14 Los sabios atesoran conocimientoa,
Pero la boca del necio es ruina cercanab.
15 La fortuna del rico es su fortaleza,
La ruina de los pobres es su pobrezaa.
16 El salario del justo es vida,
La ganancia del impío, castigoa.
17 Por senda de vida va el que guarda la instruccióna,
Pero el que abandona la reprensión se extravía.
18 El que oculta el odio tiene labios mentirososa,
Y el que esparce calumnia es un necio.
19 En las muchas palabras, la transgresión es inevitable,
Pero el que refrena sus labios es prudentea.
20 La lengua del justo es plata escogidaa,
Pero el corazón de los impíos es poca cosa.
21 Los labios del justo apacientan a muchosa,
Pero los necios mueren por falta de entendimientob.
22 La bendición del Señor es la que enriquecea,
Y El no añade tristeza con ella.
23 Como diversión es para el necio el hacer maldad,
Y la sabiduría lo es para el hombre de entendimientoa.
24 Lo que el impío teme vendrá sobre él,
Y el deseo de los justos será concedidoa.
25 Cuando pasa el torbellino, ya no existe el impío,
Pero el justo tiene cimiento eternoa.
26 Como el vinagre a los dientes y el humo a los ojos,
Así es el perezoso para quienes lo envíana.
27 El temor del (La reverencia al) Señor multiplica los díasa,
Pero los años de los impíos serán acortados.
28 La esperanza de los justos es alegríaa,
Pero la expectación de los impíos pereceráb.
29 Fortaleza para el íntegro es el camino del Señora,
Pero ruina para los que obran iniquidadb.
30 El justo nunca será conmovido,
Pero los impíos no habitarán en la tierraa.
31 De la boca del justo brota sabiduríaa,
Pero la lengua perversa será cortada.
32 Los labios del justo dan a conocer lo agradablea,
Pero la boca de los impíos, lo perverso.
11 La balanza falsa es abominación al Señora,
Pero el peso cabal es Su deleite.
2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Pero la sabiduría está con los humildesa.
3 La integridad de los rectos los guiará,
Pero la perversidad de los traidores los destruiráa.
4 De nada sirven las riquezas el día de la iraa,
Pero la justicia libra de la…
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