Lucas 9:37–41
Jesús sana a un muchacho endemoniado
37 aY aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro.
38 En ese momento un hombre de la multitud gritó: «Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo1,
39 y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu hace que caiga con convulsiones, echando1 espumarajos; y cuando lo estropea, a duras penas se aparta de él.
40 »Entonces rogué a Tus discípulos que echaran fuera ese espíritu, y no pudieron»
41 Jesús les respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con ustedes y he de soportarlos? Trae acá a tu hijo».