Isaías 52:1–6
52 Despierta, despiertaa,
Vístete de tu poder, oh Sión.
Vístete de tus ropajes hermososb,
Oh Jerusalén, ciudad santac.
Porque el incircunciso y el inmundod
No volverán a entrar en ti.
2 Sal1 del polvoa, levántateb,
Cautiva Jerusalén.
Líbrate de las cadenas de tu cuello,
Cautiva hija de Siónc.
3 Porque así dice el Señor: «De balde fueron ustedes vendidosa y sin dinero serán redimidosb».
4 Porque así dice el Señor Dios1: «Mi pueblo descendió a Egipto al principio para residir allía; después los asirios los oprimieron sin motivo.
5 »Y ahora, ¿qué hago Yo aquí», declara el Señor, «viendo que se llevan a Mi pueblo sin causa?». También declara el Señor: «Sus dominadores dan gritos, y sin cesar Mi nombre es blasfemado todo el díaa.
6 »Por tanto, Mi pueblo conocerá Mi nombrea. Así que en aquel día comprenderán que Yo soy el que dice: “Aquí estoy”».