Hebreos 9:23–26
23 Por tanto, fue necesario que las representaciones1 de las cosas en los cielosa fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismasa, con mejores sacrificios que estos.
24 Porque Cristo1 no entró en un lugar santo2a hecho por manos, una representación3 del verdaderob, sino en el cielo mismoc, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotrosd,
25 y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdotea entra al Lugar Santísimo1b cada año con sangre ajena.
26 De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces1 desde la fundación del mundoa; pero ahora, una sola vezb en la consumación de los siglosc, se ha2 manifestadod para destruir3 el pecado por el sacrificio de sí mismo4e.